lunes, 10 de junio de 2013

LOS ADORADORES DE LAS MÁQUINAS

Comentábamos ayer que tras la fase de destrucción y disolución del cuerpo orgánico que se inició en el siglo XV queda pendiente el inicio de un proceso constructivo de similar fuerza. Pero la consiguiente fas...e constructiva no llega. Más bien todo lo contrario. La disolución no cesa y las materias aprovechables del periodo medieval están desaparición. ¿Cuál es la razón?. Pues no es otra, -en opinión de Waldo Frank y otros autores como su amigo Lewis Mumford-, que la atomización del ser humano y la consagración del imperio de la máquina. “Vivimos hoy en un mundo en dónde los hombres son átomos voluntarios –átomos de voluntad-, desprendidos de lo que fue un todo espiritual. Estos átomos están encarnados en las máquinas. Vivimos hoy en un mundo en el cual los hombres, habiendo perdido a su Dios, adoran sus propios deseos. Por eso la máquina, el más perfecto símbolo de la ambición personal, se ha convertido en un ídolo; el hombre se identifica con ella y al adorarla se adora a sí mismo”.

Foto: LOS ADORADORES DE LAS MÁQUINAS

Comentábamos ayer que tras la fase de destrucción y disolución del cuerpo orgánico que se inició en el siglo XV queda pendiente el inicio de un proceso constructivo de similar fuerza. Pero la consiguiente fase constructiva no llega. Más bien todo lo contrario. La disolución no cesa y las materias aprovechables del periodo medieval están desaparición. ¿Cuál es la razón?. Pues no es otra, -en opinión de Waldo Frank y otros autores como su amigo Lewis Mumford-, que la atomización del ser humano y la consagración del imperio de la máquina. “Vivimos hoy en un mundo en dónde los hombres son átomos voluntarios –átomos de voluntad-, desprendidos de lo que fue un todo espiritual. Estos átomos están encarnados en las máquinas. Vivimos hoy en un mundo en el cual los hombres, habiendo perdido a su Dios, adoran sus propios deseos. Por eso la máquina, el más perfecto símbolo de la ambición personal, se ha convertido en un ídolo; el hombre se identifica con ella y al adorarla se adora a sí mismo”.

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