viernes, 7 de diciembre de 2012

EL HOMBRE POSTHISTÓRICO FRENTE AL ORGANICISMO DE OSCAR NIEMEYER

El término hombre posthistórico  fue acuñado por Roderick Seidenberg, en un libro del mismo título. La tesis de este autor, resumida por Lewis Mumford en su obra “Las transformaciones del hombre”, “es que la vida instintiva del hombre, dominante a través de todo el largo pasado animal del mismo, ha ido perdiendo fuerza en el curso de la historia a medida que su inteligencia consciente ha ido conquistando dominio sobre una actividad tras otra”. Lo que en principio podía parecer un logro para la humanidad, el control de la parte instintiva del ser humano, ha derivado en un dominio absoluto de la inteligencia que presiona sobre las actividades biológicas y sociales hasta el grado de que aquella “parte de la naturaleza humana que no se someta complacientemente a la inteligencia con el tiempo será destruida o extirpada”.
La actitud del hombre posthistórico frente a la naturaleza le lleva a concebirla como “materia muerta, que ha de ser destruida, vuelta a reunir en sus partes y reemplazada por un equivalente hecho a máquina”. Muchos de nuestros jardines son un claro producto del hombre posthistórico. Lo orgánico ha sido radicalmente sustituido por lo geométrico. De ahí la reacción de los arquitectos organicista como Óscar Niemeyer de oponer la curva, forma predominante en la naturaleza, a la racionalista línea recta. Sirva ese breve texto de homenaje a la figura de este gran arquitecto.
 
 
 

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