lunes, 3 de diciembre de 2012

Cuando voy por Granada, a visitar a la familia de mi mujer, siempre me escapo para visitar dos enormes naves repletas de libros viejos, de ocasión o descatalogados. Me encanta perderme por los pasillos de estas naves con la esperanza de encontrarme algún tesoro que llevarme a la casa. En una de mis últimas exploraciones, el corazón se me puso a mil por hora cuando leí en el canto de un libro el nombre de uno de mis escritores preferidos, el inglés G.K. Chesterton. Se trata de una recopilación de las obras de este autor que forma parte de la serie “Los clásicos del siglo XX”, editada por la editorial Plaza & Janes. La fecha de impresión del ejemplar es el 20 de julio de 1967.
En cuanto llegué a casa me puse a leer las cerca de 1.700 páginas en letra de prospecto de medicamento. Tengo un montón de anotaciones. Me gustó todo lo que leí. Pero me quede prendado de una historia incluida en una obra “Enormes minucias”, cuyo título es “el viento y los árboles”. Si tenéis posibilidad de leerla, hacerlo. Os encantará.
Para abriros el apetito aquí os dejó un breve fragmento que viene bien para los tiempos que estamos viviendo, tiempos que anuncian una revolución social. Dice así Chesterton: “…El lector no puede ver el viento; lo único que el lector puede ver es que hace viento. Del mismo modo, el lector no puede ver una revolución; lo único que el lector puede ver es que hay revolución. Y nunca en la historia del mundo ha habido una verdadera revolución, brutalmente activa y decidida, que no haya sido precedida de quietud y de nuevos dogmas en la región de las cosas invisibles. Todas las revoluciones comienzan por ser abstractas de un modo absolutamente pedante”. El texto de esta breve historia termina con un párrafo antológico: “..Lo cierto es, naturalmente, que habrá una revolución social en el momento en que la cosa deje de ser puramente económica. NO SE PUEDE HACER UNA REVOLUCIÓN PARA ESTABLECER UNA DEMOCRACIA. HAY QUE HACER UNA DEMOCRACIA PARA TENER UNA REVOLUCIÓN”. Reflexionar, por favor, sobre esta última frase. 
 

 

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