martes, 4 de diciembre de 2012

Como reacción al capitalismo que arrancó en el s.XIII, se dió, de manera paralela y como justa compensación, un resurgimiento de la libido. Tal y como comenta Mumford, "en el siglo XV, una de las primera manifestaciones del creciente lujo fue el dormitorio privado: un cuarto dedicado exclusivamente al amor y el sueño, sin la constante amenaza de interrupciones e intrusiones. En este cuadro de Carpaccio sobre la visión de Santa Ursula, el mobiliario y la ropa de cama del cuarto son muy similares a los de nuestros días". Hay que tener en cuenta que antes de la aparición de la alcoba, no había habitaciones privadas, por lo que las relaciones sexuales se tenían que hacerse de "tapadillo" para no alertar al resto de la familia con la que compartían la casa.
 
 
 

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